El nuevo régimen intenta paliar los desequilibrios económicos que conlleva su realidad insular, introduciendo beneficios en el Impuesto sobre Sociedades, en el Impuesto sobre la Renta de no Residentes (cuando se actúa en Baleares a través de un establecimiento permanente) y en el IRPF (para quienes realicen actividades económicas en estimación directa en dicho territorio), aunque menos ambiciosos que los existentes en Canarias y, además, solo hasta 2028.
La Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 ha aprobado un régimen fiscal especial para las Islas Baleares. Este régimen, de menor envergadura que el régimen canario en vigor desde hace décadas, nace con una limitación temporal, al tener vigencia únicamente durante seis años, es decir, para los ejercicios 2023 a 2028, ambos inclusive.